05 febrero 2011

"el buen sabor se logra con el buen aroma"

siempre se ha dicho que lo que nos ata, en el sentido más positivo de la palabra, a un lugar es su gastronomía, los sabores con los que crecimos.

en nuestro caso este ligar de nuestra memoria con los sabores de la tierra de nuestra infancia aun hoy perdura, la última liga que perdemos si es que en algún momento se pierde, es la memoria de nuestros sabores -la yuca, el pejibaye, jocote, el café, el arroz con pollo, gallo pinto, el agua de cas, etc.

en algunos casos existen alimentos que necesitan de un gusto adquirido para aceptarlos como agradables al paladar, algunos de estos gustos los adquirimos desde niños y otros conforme nos vamos haciendo selectivos con los sabores que nos gustan.

el sabor, esa sensación que se queda en nuestra boca, se determina por sensaciones químicas detectadas por el gusto y el olfato. de los sentidos el más sensible es este último, capaz de diferenciar cerca de diez mil olores, mientras que el gusto con sus más de diez mil papilas gustativas solo aprecia cinco sabores.

el 80% de lo que detectamos como un sabor está relacionado con el olfato; el aroma es el principal determinante de cómo nos sabe un alimento.

en casa de sal, los aromas y sabores han sido ideados para de alguna forma transportarnos a ciertos lugares. citando a raymundo en la prueba de nuestra sopa:   "sabe y huele a Tailandia"